Por Antonio Perdomo Rodríguez
Jorge Medina, uno de esos que ocupa un cargo importante en
la secta católica, dijo que los homosexuales son como “un niño que
nace sin un brazo” y que necesita asistencia. “Es una desgracia y hay que
asistir a ese “niño” para que su limitación no le impida llevar una vida lo más
común posible”, explicó a la revista “Caras”.1
Por su parte otro dirigente de esa secta dijo hace unos días
“Las relaciones homosexuales son objetivamente desordenadas; esa es la doctrina
católica y está expresada en el catecismo,”2. Eso sin mencionar las lindezas que
de nosotras ha venido diciendo Juan Antonio Reig Pla o Benito Álvarez otras dos
figuras dentro de la secta católica.
No pretendo hacer un resumen de tanto disparate vertido
sobre las personas LGBTIQA (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans*, Intersex,
Queer, Asexuales) , sería interminable y aburriría a quien tenga a bien leer
estas líneas, lo cual no sería nada recomendable. Simplemente pretendo dejar
claro porque mis diferencias con la secta católica y sus representantes son
irreconciliables y ¿por qué?, pues simplemente porque me sale del culo. Me
explico sin pedir disculpar por la vulgaridad.
Mi culo era mío al nacer, el heteropatriarcado me lo
arrebató e impuso la moral cristiana sobre él, como si se tratase de las
políticas del partido popular mi culo fue privatizado por la heteronormatividad,
por el sistema represor sexista, y quedó vetado al placer, a la estimulación, a
mi culo se le impuso la heteronormatividad y la mononormatividad, alejándolo de
toda estimulación posible y de cualquier placer carnal, y todo ello en nombre
del amigo imaginario de la secta católica (su dios) y de la masculinidad
hegemónica.
Mi culo fue destinado a la única función de cagar, mi culo
era “unifuncional” , sólo servía “pá cagar pá fuera” esa era la función que se
le había encomendado, sus expropiadores lo habían lobotomíazado, me habían
quitado mi culo tragón, y me habían devuelto un culo cagador. Cuando en mis
primeras confesiones al representante de la secta católica en mi pueblo le manifesté
que cagar me daba placer, que si aguantaba un poco el moñigo, antes de que
saliera, me daba gustito, que el mojón al salir de mi culo me estimulaba, pueden
imaginar la reacción de aquel individuo con cara de pocos amigos y disfrazado
de cuervo, con barriga cervecera pelo grasiento y manos sudorosas, al que
además por la comisura de los labios le caía un hilito de saliva. No recuerdo
cuantas letanías me mando repetir, se que fueron muchas, y muchas fueron
también las amenazas con el infierno. Ahora resulta que no saben si las “maricas”
vamos al infierno, (como si a mi culo le importara su infierno).
Volviendo a la funcionalidad de mi culo, años han pasado
desde que estimulaba mi discapacitado y tragón ano lobotomizado reteniendo el rolete
que pretendía salir, no contaré el proceso pues sería interminable, pero de eso ha pasado a meterse, dildos,
zanahoraias, bubangos, pepinos, falos diversos, pollas tremendas, largas, cortas,
gordas, delgadas, con venas, sin ellas, pollones descomunales, pollas pequeñas,
cuquitas angelicales, pollas peludas, pollas depiladas, pollas negras, pollas
blancas, en fin un largo etcétera, y todas ellas a cual más placentera. Así
pues mi culo ahora funciona de manera diversa a la que el sistema le impuso,
tengo por tanto, un culo con “diversidad funcional”, tengo un culo desviado,
abyecto, disidente, desordenado, antisistema, un culo que no ha sido capaz o no
ha querido adaptarse a la “norma”, un culo discapacitado por tanto, sí pero es
mi culo, y en él entra lo que él quiere, y, “no hay que asistirlo para que su
limitación no le impida llevar una vida lo más común posible” pues mi culo
tiene vida propia, es libre.
Mis diferencias irreconciliables con los dirigentes de la
secta católica radican justo ahí en la “diversidad funcional”, mi culo ha
llegado a superar la lobotomía sistémica. Pero los representantes de la secta
católica no son capaces de comprenderlo pues a ellos les ha pasado algo
parecido pero no con sus culos, sino con sus mentes. Sus mentes han sido
expropiadas han sido recetadas y adoctrinadas para ser incapaces de ver más
allá de una doctrina rancia que apestan a machismo, a heteronormatividad, a
sexismo, a monosexismo, a cisexismo, a represión, a sufrimiento, a
estreñimiento, en fin a normatividad.
Yo he recuperado mi culo para el placer pero los dirigentes
de la secta católica no han sabido recuperar sus mentes para la razón, y ser libres,
y volar (como mi culo). Por eso mi culo disidente se caga en ellos, en su
catecismo, en su infierno, en su LGBTIAQfobia. Mi culo con diversidad funcional
está harto de que le intenten imponer una moral y una ética que no le
pertenece, que no ha elegido, que pertenece a una secta de la que mi culo
discapacitado supo escapar, o más bien lo lanzaron de una patada y ahora para
que no vuele libre pretenden marginarlo y violentarlo, los culos libres y
tragones incomodan. Pero mi culo resistirá pues mi culo es un culo fuerte, se
ha hecho a sí mismo, y al final les salpicara.